¿La libertad de decidir termina en la tercera edad?
No todos llegaremos con las facultades mentales intactas al hacernos mayores. Algunos por una enfermedad u otros por la misma edad. En ese momento, las decisiones ya no pasarán por su manos sino que por su pareja o hijos. Esto no supone algo negativo sino que es una forma de mantener su bienestar social, económico y de salud. No significa necesariamente depender de lo que decidan otros, es escoger lo mejor para ellos.
Esto no significa que sea así, sino que incluso se puede alcanzar un consenso entre ambas partes para resguardar a la persona mayor de cualquier riesgo. Aunque siempre tendrá la última palabra ante cualquier decisión si sus facultades mentales se lo permiten.
La residencia de mayores, un ejemplo claro
Reubicar a una persona mayor en una residencia para mayores es un ejemplo claro de esto. No por capricho o por desentenderse de ellos, sino que estamos ante la generación sándwich. La cual debe preocuparse por sus hijos y por sus padres.
Ante este escenario, debemos sentarnos con nuestros padres y plantearles la situación. Puede que los tiempos no le den para brindarle una correcta atención y la asistencia a domicilio no haya resultado exitosa. Incluso la atención ante alguna enfermedad ya no es plausible en el hogar original.
Debemos hablarlo y escuchar a ellos de esta posibilidad. Esto tampoco supone un recorte a su libertad, sino a encontrar la mejor atención para su estado de salud. Recordarles que queremos verlos envejecer sanamente y no que suponga un riesgo o miedo constante de que les pase algo en el hogar al estar solos.
Existen multitud de opciones para escoger y hacerlos partícipes en la misma.
Factores que favorecen o desfavorecen sus facultades mentales
Podemos dividir los mismos en personales y ambientales:
- Factores personales: Cambios de la edad, hábitos, genética, vida social, enfermedades, pensamiento y perspectivas
- Factores ambientales: Vivienda propia con las instalaciones necesarias para su comodidad y ocio, dispositivos de asistencia, acceso fácil a servicios socio sanitarios y transporte público
¿Las enfermedades mentales pueden condicionar sus facultades?
La presencia de enfermedades mentales como la demencia o Alzheimer será un factor determinante y debemos contar con el apoyo de un profesional para determinar el grado de la misma y las medidas a tomar para su mayor beneficio y bienestar.
El deterioro físico y mental será determinante para tomar la mejor decisión.
¿Se puede prever estas decisiones con anterioridad?
Si, al igual que un testamento podemos redactar nuestra voluntad o testamento vital donde dejar por escrito y certificado ante un notario nuestra decisión. Incluso si habéis perdido la razón o la salud mental.
Con ellos los mayores pueden dejar claro como quieren ser atendidos ante la pérdida de sus facultades mentales.